Por qué no soy magazolana
Aquí expreso parte de lo que sé y lo que pienso como venezolana-americana, empezando con el por qué no soy magazolana. Este no pretende ser un post exhaustivo.
1- Biden, Harris y el partido demócrata no son la izquierda de Chávez o Fidel. Ni Biden ni Harris son de izquierda extrema. No son amigos de Maduro; Biden incluso ha sancionado al gobierno venezolano. Esta es una centroizquierda. El que tiraba más lejos era Bernie Sanders, y ni ese señor es una amenaza.
Harris es socialdemócrata. La socialdemocracia moderna NO es lo mismo que el socialismo democrático; se enfoca en los derechos humanos, la igualdad de derechos, las libertades, la libertad individual y el progreso; uno de sus principales compromisos es para con la democracia. NO se trata de quitarle la casa o el dinero a la gente. Los taxes serían más altos para quienes tienen una empresa que gana más de 400,000 dólares al año.
Los líderes de este partido no están buscando control autoritario porque no lo necesitan, porque no tienen una agenda radical que imponer. Nadie dijo que esta gente o el partido que representan son perfectos, pero rara vez (cuidado si nunca) la política ofrece opciones perfectas.
El espectro de la política no es tan simple como izquierda, mal y derecha, bien. De nuevo, hay un espectro. Quien sí se arrima a la derecha extrema de ese espectro es Trump. Y así como la izquierda radical tiene el nombre de comunismo, la derecha radical también tiene su nombre: fascismo. Trump habla como un fascista. Los autoritarismos surgen cuando las metas del gobierno son tan extremas que no pueden lograrlas sin violar los derechos humanos; por ende, buscan el control total que les permita llevar a cabo su agenda.
2- La mayoría votó por Trump. No quiere decir que la mayoría esté consciente de todo el daño que Trump puede hacer. Algunos votaron por él porque les gusta el personaje; esa es una de las características y requerimientos principales del totalitarismo: un líder carismático.
En las redes sociales y WhatsApp solo circula información falsa y simplista. Encima, mucha gente no ve/lee/escucha las noticias y, por ende, mucho del que votó por Trump no conoce o entiende la magnitud de sus promesas. Otros no creen que Trump es tan radical como aparenta ser. “Vamos a ver qué hace”, dicen.
Todo esto es tal cual como la primera elección de Chávez: la mayoría del país votó por él, no entendiendo en qué peo nos estaban metiendo a todos.
3- En efecto, los regímenes autoritarios se centran en líderes carismáticos, pero cabe destacar que yo no le veo el carisma a Trump. Lo que sí veo es que tiene una personalidad extravagante a la que mucha gente responde de manera entusiástica. Para mí, responder positivamente a la personalidad de Trump es una cuestión de gusto, pero es un gusto que no entiendo. La sustancia de Trump es un discurso de odio con un repudio constante de los derechos humanos.
Alguien que conozco posteó en estos días: “Dejen de votar por personalidades/personajes”. Ojalá Kamala y Biden hubiesen tenido una personalidad más agradable y divertida para el público, de verdad. Pero Obama, quien lo tenía todo, fue una rareza. En esta carrera presidencial, el personaje siempre fue Trump. Biden y Harris eran gente NORMAL, aburridos y exactamente lo que necesitábamos. También necesitábamos un líder respetuoso, eficiente, visionario y diplomático, características todas de las cuales Trump carece.
Quiero pensar que mucha gente que conozco no apoyaría a Trump si realmente entendendieran el riesgo que él representa. Aunque no entiendo cómo el solo escucharlo/verlo en cualquier clip por más de 15 segundos no sea lo suficientemente aclaratorio. Es una persona vil y no le importa nada más que su propio poder y riqueza. No cree en nada ni nadie. ¿Cómo eso no es evidente al escucharlo hablar?, desde lo que dice y promete hasta su tono de voz. Además, ¿qué hay de todo lo que hizo la última vez, como cuando su política migratoria separó a más de 5,500 niños de sus familias en la frontera? Seis años después, muchos de esos niños y jóvenes aún no se han reencontrado con sus familias. Y lo que es peor, Trump ha nombrado “zar de la frontera” a Tom Homan, quien era en ese entonces el hombre a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, y a quien se le conoce como el arquitecto de la separación de familias.
Hay quien verá y entenderá todo esto pero aún apoya a Trump porque piensa que sus políticas le convienen personalmente, sin importar cómo dichas políticas puedan arruinarle la vida y la existencia a tantos seres humanos. Peor aún, habrá quien expresa este apoyo sin siquiera vivir en los Estados Unidos, cuando no se verán directamente afectados por Trump, excepto por el hecho de que sus acciones subieron de valor al día siguiente de que Trump fuese electo. Qué rico debe ser no tener otra preocupación aparte de lo que te conviene a ti individualmente.
4- A Trump le costó conceder (por ponerlo muy suave) las elecciones del 2020. Con estas elecciones, se estaba preparando para no conceder y ya venía lanzando acusaciones de trampa. No me quiero imaginar la guerra civil que se hubiese desatado si esta vez hubiese ganado Harris. Pero Trump ganó incluso en uno de los estados que estaba acusando de elecciones fraudulentas (Pennsylvania), y ya no se habló más de que le estaban robando las elecciones.
Trump ganó y Harris aceptó y concedió, porque eso es lo que se hace en una democracia. Porque entendemos que la mayoría de los americanos, esta vez, han elegido a Trump. De nuevo, dudo que esa mayoría entienda que Trump es profundamente antidemocrático o tengan siquiera el concepto de democracia en su línea de mira, en su lista de prioridades o preocupaciones. No es por ser condescendiente; simplemente me parece poco probable que tanta gente tenga el corazón y la cabeza tan desplazados de lugar. Lo que tienen desplazada es la atención.
Lamentablemente, algo que muchos países han tenido que aprender de la manera más ruda (Venezuela incluida) es que la democracia es algo que, cuando existe, se tiende a dar por sentado—como si su existencia fuese inherente garantía de su permanencia.
5- Trump no va a salvar a Venezuela. Esa fantasía venezolana de que un día van a llegar los marines a sacar a Maduro y erradicar la dictadura es algo que ya hay que dejar ir. ¿Por qué no lo hizo entonces la primera vez que fue presidente, cuando los eventos de Guaidó en el 2019? Trump tiene problemas más grandes, relevantes y dignos de su dinero y recursos que Venezuela.
6- Los inmigrantes se verán afectados gravemente, inmigrantes que vienen a este país a trabajar duro y buscar una mejor calidad de vida, gente buena y decente que, como la mayoría de los venezolanos que viven afuera, han querido buscar estabilidad y bienestar para sí mismos y sus familias. Hay indocumentados, sí. Pero la mayoría no son criminales. Más allá de eso, cuesta alrededor de 15,000 dólares deportar a un inmigrante. Veinte millones de personas deportadas, como Trump ha prometido, costarán 300 billones de dólares. Eso aumentaría el déficit. Así que incluso para el que solo piensa en sí mismo, estas son algunas de las maneras en que se puede ver afectado quien vive en los Estados Unidos: menos oportunidades de empleo, tasas de interés más altas, impuestos más altos y apretamiento general del estilo de vida.
7- El que esté interesado en comprar cosas de deporte y regalos de navidad los siguientes cuatro años, que empiece a ahorrar. Una vez que entren en vigor los aranceles que Trump prometió para las importaciones chinas, se va a poner cara la cosa.